1. La energía de Midtown un día de diario
La primera vez que pisé el Midtown durante una jornada de diario fue para asistir a una reunión. Cuando salí del metro me quedé impresionado y durante unos minutos me quedé observando todo. El chute de energía que produce Nueva York, y sobre todo esta zona, es impresionante. En ese momento comprendí por qué la gente corre. Esa energía te absorbe y quieres hacer más y más, pero por dentro sientes esa necesidad como algo positivo.
2. La multiculturalidad que se respira en Harlem
No me cansaré de repetirlo, soy un enamorado radical de Harlem. He de reconocer que al principio me daba algo de respeto vivir en la zona y no poder integrarme bien. Pero ahora no puedo vivir sin el día a día de Harlem, sin esa diversidad cultural y la amabilidad de la gente de mi barrio. ¡Ya cuando entre al supermercado me saludan!
3. El orgullo por la doble patria
Si algo tiene Nueva York es que todos y nadie somos extranjeros. Nueva York es una ciudad para todos, que sobre todo me ha enseñado a estar orgulloso de donde vengo, pero también (¿por qué no?) a estar orgulloso del país que me acoge. Algo que viniendo de España, un país donde muchas veces ha estado mal visto sentir la patria y tener los ideales políticos que sean, me encanta en Nueva York.
4. La posibilidad de poder probar bocado de cualquier rincón del mundo
Me he quedado impresionado de la cantidad de comida diferente que uno puede comer en Nueva York. Desde que llegúe he tenido la oportunidad de probar comida auténtica con gente local de China, Thailandia, Japón, México, Puerto Rico y tengo en mente restaurantes georgianos, rusos, y una lista sin fin. La cantidad de inmigrantes y lugares de procedencia que acoge esta ciudad, multiplica exponencialmente las posibilidades de encontrar representado tu país a través de la comida.
5. El deseo de la gente de tener una conversación
Se dice que Nueva York es una ciudad llena de gente solitaria que camina de punto a punto sin pararse a hablar con nadie. Esto cierto en muchos casos, pero llega un momento en el que te das cuenta de que mucha gente no tiene la oportunidad para iniciar conversaciones. Algunas veces han surgido conversaciones interesantes con alguien desconocido. Me he dado cuenta del placer que a mucha gente le produce que alguien quiera pararse un rato a intercambiar una opinión de algo. ¡Muy enriquecedor!
Buenas soy de malaga me gustaría ir a trabajar a new York, y si me gustara quedarme allí me gustaría si no te importa que me ayudaras, gracias un saludo
Que grande es nueva York y que ganas de volver…. Un abrazo y a cuidarse que ahora viene el frio!!!!
Que guai ver lo que más le gusta a la gente que vive en un país que no es el suyo 🙂 me encantaría vivir una temporada en New York!!