Hay mucho qué ver en Toronto, una ciudad moderna y multicultural llena de rincones, excelente gastronomía y mucho ambiente. ¡Sin duda nos enamoró!
Tras un largo trayecto, sin GPS, sin internet y con un borroso Google Maps que habíamos descargado en el teléfono antes de cruzar la frontera de Canadá, llegamos a Toronto. Allí estábamos los dos, discutiendo (algo normal en un viaje en carretera ) y tratando de encontrar la casa de nuestra amiga en un barrio residencial. Ni que decir tiene que fue una primera impresión estresante de una ciudad relajada. Pero a pesar de todo lo que nos sucedió, rápidamente quedé enamorada de la ciudad – spoiler: mi primera impresión puede o no que tuviera que ver con la deliciosa cena vietnamita que tomamos al norte de Ossington Avenue).
¿Intrigado por saber por qué más Toronto me dejó enamorada? Déjame convencerte con estas 10 razones para visitar Toronto por durante un fin de semana.
Kensington Market (Mercado de Kensington)
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El lema de Toronto es “La diversidad es nuestra fortaleza”, y no hay mejor sitio para observar esa diversidad que el Mercado de Kensington. Este mercado callejero está lleno de pequeñas tiendas y restaurantes reflejando esa multiculturalidad. Las calles estaban a rebosar tanto de turistas como locales, gente tatuada, arte callejero, ambiente hipster y músicos callejeros, que creaban una atmósfera que invitaba a detenerse y empaparse de ella.
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
La zona comenzó siendo un barrio judío y fueron sus tiendas las que comenzaron el mercado allá por 1920. Más tarde el barrio abrió sus brazos para acoger a las comunidades asiáticas y caribeñas, y finalmente los comercios latinos comenzaron a aflorar. Como podéis ver hay una larga historia de gente de Toronto viniendo a este lugar para comprar y picar algo. Nosotros recomendamos El Trompo, una fantástica y pequeña taquería al final de la Avenida Augusta (aunque os contamos más en la sección de “Dónde comer en Toronto” más abajo).
CN Tower (Torre CN)
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Si había una atracción turística que queríamos ver a toda costa en nuestro viaje a Toronto, ésta era la Torre CN. Me encanta ver las ciudades desde lo más alto para conseguir las mejores vistas desde cualquier ángulo, y Toronto no me defraudó. Lo curioso es que la torre en sí misma me pareció más impresionante desde la base que una vez arriba. A diferencia del Top of the Rock o El Empire State en Nueva York , la Torre CN no está rodeada de más edificios, dando la sensación de un gigantesco “palo” con un observatorio encima.
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
El ascensor también me impresionó bastante. En menos de un minuto, y a 22 kilómetros por hora mientras vas viendo la ciudad por el cristal, llegamos a la cima. Las vistas desde arriba son espectaculares, aunque la parte principal es la del suelo de cristal. Incluso puedes comer en un restaurante arriba; o, si eres más osado, puedes probar el “Edge Walk ” donde básicamente puedes caminar por fuera colgado de un arnés, ¡mucho miedo!
Queen Street West (Calle Queen Oeste)
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Curiosamente comenzamos nuestra visita a Toronto caminando por la calle “Queen Street West”. La idea original que teníamos era coger el tranvía hasta el centro de la ciudad, pero viendo el mapa, nos dimos cuenta de que un buen número de cosas que queríamos ver estaban de camino, ¡y además solo eran 30 minutos! ¿Y de regalo? Queen Street está llena de pequeños comercios independientes donde merece la pena entrar – si eres amante de los zapatos echa un ojo a la tienda Gravity Pope .
La arquitectura de Queen Street tampoco desmerece. Los edificios son típicos de Toronto, pero nos encantó la mezcla que hay de edificios tradicionales con otros con un toque “hipster” con muebles antiguos y ese ambiente único. Y si estás atento, podrás ver arte callejero en muchas de las calles adyacentes (incluso encontramos uno de Shepard Fairey al girar la calle Portland). Razones de peso para empezar a caminar y dejar el transporte para otro momento.
Chinatown (Barrio chino)
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El barrio chino de Toronto es mucho más grande de lo que me esperaba. Su historia es impresionante y se remonta muy atrás, ya que ha estado en el mismo lugar desde 1890; aunque la comunidad se ha ido moviendo con los años. Giramos en la Calle Dundas e inmediatamente vimos carteles que estaban en inglés y chino. Había hermosas puertas con dragones rojos en la esquina con Spardina y preciosos mercados con exóticas frutas y vegetales en la acera. Dejando atrás las multitudes, nos llamó la atención y entramos en una tienda repleta de medicamentos e hierbas muy extrañas en la pared. Quisimos inmortalizar el momento, pero una mujer nos regañó por sacar fotos y nos quedamos con las ganas. Si estás visitando el barrio y te entra el gusanillo, ésta es un fantástica zona para picar algo.
El Callejón de los Grafitis y el arte callejero
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Justo dejando la Calle de la Reina (Queen Street), encontrarás Rush Lane, un pequeño callejón repleto de brillantes paredes pintadas con grafitis. Aunque el hecho de que hubiera otros hipster fotografiando aquel callejón en tan precioso día restó autenticidad a mi momento, el Callejón de los Grafitis es uno de las mejores rincones para ver arte callejero en la ciudad (¡nos sorprendimos de ver tanto arte público en muchas otras zonas de Toronto!). El arte me recordó un poco a la idea del Bushwick Collective en Brooklyn ya que mi amiga me dijo que los artistas respetan el trabajo de los demás. Si alguien ha pintado en una pared, en general, esa obra de arte es respetada por los demás artistas que irán a buscar otro lugar donde pintar.
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
También nos encantó el arte público de la zona del Mercado de Kensington (Kensington Market), sobre todo un antiguo coche que había sido rellenado con tierra y plantas. Lleva ya en la zona más de 9 años y la gente lo conoce como el “Coche jardín”. Situado en la esquina de Augusta con Oxford, es pintado por los artistas que toman turnos para poner su estampa. En el Downtown (Distrito Financiero) de Toronto también vimos una impresionante estatua de bronce de un elefante, que destacaba entre la seriedad de los rascacielos y la zona comercial. Si te gusta el arte callejero, hazte peregrino en Toronto, ¡seguro que no te decepciona!
Parque de Trinity Bellwoods
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
El parque de Trinity Bellwoods es uno de los puntos que nos salvó en nuestra búsqueda de la casa de mi amiga la primera noche en Toronto. Con las indicaciones borrosas en Google Maps por falta de cobertura, menos mal que pudimos encontrar un cuadrado verde que nos sirvió como punto de referencia. Al día siguiente, mientras explorábamos la ciudad, nos adentramos en este precioso parque. Para ser justos, era un perfecto día otoñal, cálido y con cielos azules cristalinos; sin eso, el parque no deja ser perfecto para que el perro juegue, para echar un partido de tenis o para patinar sobre hielo. Aparentemente también en el hogar de ardillas blancas. Nosotros no vimos ninguna, ¡pero te pasamos el reto de encontrarlas! Por lo visto parecen como ratas blancas de laboratorio pero más peludas. ¡De hecho, me parecen bonitas!
Casa Loma
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Aunque estoy acostumbrada a ver castillos en Europa, me sorprendió que Toronto tuviera el suyo propio. Casa Loma es el único castillo completo de Norte América y tanto el edificio como los alrededores son impresionantes. En la visita se pueden explorar pasadizos secretos y las torres, que ofrecen impresionantes vistas de Toronto y los alrededores. El castillo fue construido por Sir Henry Pellatt y tras tres años y 3.5 millones de dólares, pudo permanecer en el mismo por no más de 10 años, momento en el que tuvo que venderlo por entrar en bancarrota personal. Triste por Sir Henry, su Casa Loma es un gran legado que merece totalmente una visita.
La Galería de Arte de Ontario
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La Galería de Arte de Ontario es algo que no te puedes perder cuando visitas Toronto. Su desgarbado edificio ocupa una manzana entera y conserva la mayor colección de Arte Canadiense, así como obras desde el Siglo I hasta la actualidad. El museo en sí mismo es una obra de arte diseñada por el mayor exponente de Toronto, Frank Gehry . Además, si da la casualidad de que vas en viernes, puedes aprovecharte de sus noches especiales donde el museo abre hasta tarde con música en directo.
Para los aficionados al deporte: Salón de la fama de Hockey y el Centro y Museo Rogers
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Si cualquiera tuviera que asociar un deporte con Canadá, seguramente el primero en venir a la cabeza sería el hockey. Y es que aunque no seas aficionado, ir al Salón de la Fama del Hockey suena bastante guay. En el museo puedes recorrer una a una, todas las versiones animadas de los mejores porteros y goleadores del hockey, así como un montón de recuerdos. Y si eres más aficionado al béisbol, conviene que visites el Centro Rogers, que está muy bien localizado junto a la Torre CN.
Para comer bien en Toronto
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¿Te acuerdas cuando mencioné antes en el artículo que Toronto es una ciudad muy multicultural? Efectivamente, de hecho lo es también en su modo más delicioso. Encontramos lugares que nos quedamos con muchas ganas de ir: dulces bocados, sabrosos aperitivos y cafés divinos. Nuestros platos favoritos los probamos casi en el mismo barrio… casi podría decir la misma calle. De hecho, probamos todo esto que comentaba, ¡pero nos quedamos con ganas de mucho más!
Crafted (135 Ossington Avenue)
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Toronto es maravillosa…pero primero café. Si eres como yo, entonces necesitas un buen café o té para comenzar el día. Crafted tiene un perfecto ambiente hipster con interior de madera, arte moderno en las paredes y sobre todo, maravilloso café. Recomiendo los croissants de almendras, que por muy hojaldrados y complicados de comer que fueran, estaban deliciosos. Fue un comienzo tan perfecto para nuestra primera mañana en Toronto, que volvimos al día siguiente (¡y considerando la cantidad de sitios buenos en la ciudad para pillar algo para desayunar, debería deciros algo!)
El Trompo (277 Augusta Avenue)
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
El Trompo es un sitio mexicano con un bonito comedor dentro (aunque nosotros disfrutamos sentándonos en la terraza dado el día que hacía tan maravilloso). Probamos sus tacos al pastor y la quesadilla de la lechera, con carne de ternera y gratinado perfectamente con queso. Si quieres algo de beber, tienes que probar sus margaritas, sus zumos (el de tamarindo estaba muy bueno) o su té helado de hibiscus. Queda decir que sus camareros son muy simpáticos y que me encantaron sus pequeñas mesas pintadas con cartas del tarot. ¡Me encantaría tener una de ésas en mi cocina!
Golden Turtle (125 Ossington Avenue)
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Cuando llegamos a Toronto, tras 45 minutos dando vueltas hacia nuestro destino, estábamos hambrientos. Golden Turtle era exactamente lo que necesitábamos para cenar. Sirven comida vietnamita para calentar el ama y disfrutamos del pho con pollo y ternera, un rollito de ensalada fresca con ternera y hierbas (era un rollito transparente relleno de verduras crujientes y frescas con carne de ternera cocinada con hierbas) y el crepe vietnamita con gambas y cerdo. Son los números 3, 115 y 116 del menú, ¡de nada!
Bang Bang (93 Ossington Avenue)
Sus galletas y su helado caseros, hacen de este lugar algo imbatible a la hora de un postre. Con sabores como flor de naranja acompañado de galleta de jengibre, o helado de menta con galleta de chocolate negro, Bang Bang es uno de los lugares más adictivos de la zona sin duda. Y eso lo puedes ver al acercarte, casi siempre hay una larga cola para pedir un sándwich de helado. Mi parte favorita es que puedes pedirte medio sándwich que cortan allí mismo perfectamente en el mostrador dentro de la estrecha tienda. La avenida Ossington está de moda.
Dónde alojarse en Toronto
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Como habrás podido deducir de las recomendaciones de los restaurantes, nos quedamos en el barrio de la Pequeña Portugal (Little Portugal) al oeste de la Calle de la Reina (Queen Street). Sin duda fue una gran base para movernos y explorar la ciudad, dado su toque más bohemio. Si quieres conocer más opciones donde alojarte, aquí te dejamos un enlace con todas las opciones .
Cómo moverte por los alrededores
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Tuvimos la suerte de que nos quedamos esos días en una zona lo suficientemente cerca al centro como para visitar casi todo a pie. Dicho esto, el transporte público de Toronto es muy bueno con una red de tranvías y metro. Puedes comprar un abono por día o por semana en cualquier estación de metro, que quizá sea la mejor opción si piensas subir y bajar para recorrer y ver bien la ciudad. Aquí os dejamos más información.
Toronto CityPass
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Tal y como en Nueva York, Toronto ofrece una CityPass con algunas de las más populares atracciones. Nosotros no aprovechamos la CityPass, pero bien que lo podríamos haber hecho ya que el precio de la entrada a la Torre CN casi cubre el precio de todo el talonario. Con la Toronto CityPass puedes ver la Torre CN, Casa Loma, el Museo Real de Ontario, El Acuario Ripley de Canadá y elegir entre el Zoo de Toronto o Centro de Ciencias de Ontario. Su precio es muy bueno, solo $57.52 dólares canadienses por adulto. Ten en cuenta que esto es aproximadamente $35 dólares americanos (cerca de $40 dólares americanos con tasas).
Puedes comprar el Toronto CityPass directamente en este enlace
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Me han encantado los lugares, muchas gracias por compartirlos. Que ganas de viajar a Canadá
estimados¡¡ dos genios que relatan sus viajes con alegria y datos ciertos. Adore¡¡¡ muchas gracias.