Bioparc Fuengirola, 3 continentes en mitad de una ciudad

Bioparc Fuengirola apuesta por la labor social y educativa con los animales, y no solo como muestrario

Desde pequeño siempre había conocido el famoso zoológico de Fuengirola, un pueblo de la Costa del Sol de Málaga situado a media hora de la ciudad y donde luego viviríamos una temporada Abby y yo. El Bioparc era una visita casi obligada en el colegio y yo creo que todos los de mi generación recordamos al mono rebelde que escupía y fumaba, las personas dando de comer a los animales o al león enjaulado. Lo malo del antiguo zoológico eran las condiciones en las que se tenía a los animales, aunque supongo que eran tratados con cariño de una forma tradicional que se estilaba antes, donde los animales eran mostrados, y que ahora no aceptaríamos. De la necesidad de cambiar este concepto de zoológico nació Bioparc Fuengirola.

Pedro, Paula y las tortugas de Bioparc Fuengirola

Había visitado Bioparc Fuengirola hace años, antes de mudarme a Nueva York, pero ahora que Paula empieza a tener la edad de fijarse en los animales (le encanta jugar con nuestro perro, Dino), decidimos repetir la visita. Bioparc Fuengirola fue la opción perfecta para la primera experiencia con “animales salvajes” para nuestra hija porque no es muy grande; de hecho solo alberga 1 hectárea y media y es que se encuentra en medio del núcleo urbano, haciendo difícil su expansión. A cambio han conseguido recrear uno de esos lugares con encanto donde pasar un día aprendiendo y disfrutando. Bioparc Fuengirola ha querido apostar por especies menos conocidas, haciendo del parque no solo un lugar donde ver animales, sino donde apostar por la conservación y la transmisión de la importancia por la naturaleza, para que todos sintamos el mismo grado de implicación por nuestro entorno.

Dividido en cuatro partes, Bioparc Fuengirola recorre las selvas de Madagascar, África Ecuatorial, Indo pacífico y el Sudeste Asiático (Descargar Plano Bioparc Fuengirola). Tuvimos la suerte de hacer el recorrido con un veterinario del parque, que con toda la pasión por lo que hace, supo transmitirnos y enseñarnos los misterios del parque y la importancia del mismo. Y es que Bioparc Fuengirola sirve además como punto de conexión con otros zoos llevando a cabo campañas de protección, conservación y reproducción de determinadas especies, para asegurar su continuidad y calidad de vida.

Paula saludando a los animales en Bioparc Fuengirola

Comenzamos la visita con la selva de Madagascar, donde los animales que destacan en Bioparc Fuengirola son los lémures (que recordaréis por sus locuras en la película Madagascar). Deberías estar allí para poder ver también las posturas y caras que ponen estos pequeños mamíferos, muy cercanos con los visitantes.

Para acceder a donde están los lémures hay que entrar con un guía que nos explicó acerca de ellos y de la función de los baobabs dentro de la selva, tan importantes por ser cobijo de animales y por aprovecharse todo de él. De hecho la entrada al recinto de los lémures es una reproducción de un baobab. A Paula le gustó mucho ver como saltaban los lémures y ver como caminaban tan cerca.

Continuamos con la selva de África Ecuatorial donde nos encontramos con algunos de los animales más fascinantes del parque. Los cocodrilos del Nilo con su aparente tranquila forma de vivir la vida parecen inofensivos, lo cual está bastante lejos de la realidad. También nos gustaron los dominantes gorilas y los entrañables chimpancés, cuyo comportamiento se asemeja bastante al nuestro. La verdad es que cada animal tiene sus peculiaridades, y tener la suerte de que te expliquen cómo viven, se alimentan e incluso ver donde duermen de la mano de un veterinario es entusiasmante. ¡Por eso recomendamos una visita guiada, son gratis!

Visitando Bioparc de Fuengirola

De allí pasamos a la zona Indo pacífico donde vimos la tortuga gigante de las galápagos que nos sorprendió con lo que nos contó nuestro guía. Pueden vivir hasta 150 años y pueden poner entre 4 y 19 huevos en un sólo periodo de gestación. También nos gustó bastante el iguana rinoceronte con sus púas y cara de dinosaurio

Por último, la selva del Sudeste Asiático queda presidida en Bioparc Fuengirola por los tigres de Sumatra, ¡qué majestuosidad! El espacio destinado a estos dos ejemplares es espectacular, recreando el Templo de Angkor y haciendo que cada rincón mirador no permita ver a los visitantes de los demás puntos para mirar. Los tapires también nos sorprendieron, no solo por su forma sino también por la cantidad de años que llevan en la Tierra. Orangutanes, pelícanos y otros tantos animales se pueden ver en este espacio.

Pero no solo son los animales, por si fuera ya poco, el atractivo de este centro. En Bioparc Fuengirola se han cuidado al detalle estético los espacios y rincones donde se ven los animales reproduciendo valles, humedales y bosques para sentirnos inmersos en el entorno de las especies. Aunque no están abiertas al público general, tuvimos la suerte de que nos enseñaran las incubadoras y el centro de reproducción y conservación de algunas especies protegidas. Es necesario saber la importancia que supone que Bioparc Fuengirola apuesta por la labor social y educativa con los animales, y no solo como muestrario.

Pedro en el evento multicultural de Bioparc Fuengirola

Y por la noche Bioparc Fuengirola se transforma ofreciendo otra cara muy diferente a la de la mañana. Se pueden realizar visitas nocturnas descubriendo la vida de los animales que horas antes se mostraban dormitando. Además existen espectáculos con mamíferos y aves, donde aprendimos la forma en la que interactúan y viven en su espacio natural. En mi primera visita al Bioparc Fuengirola tuve la oportunidad de asistir a un espectáculo de danzas africanas, donde aprendimos sobre los bailes e instrumentos típicos de diferentes culturas.

Cuando fuimos con Paula fue por la mañana y el parque aunque es pequeño, no tuvimos tiempo de aburrirnos. Es más si vives en la Costa del Sol, merece la pena de sobra comprar el pase anual ya que es una visita que puedes repetir varias veces y el precio es muy asequible. Paula disfrutó mucho viendo los animales tan de cerca, además de los hábitats. Le fascinó casi por partes iguales las plantas y flores como los animales; y así tiene que ser, ya que ningún animal existe fuera de la naturaleza. Por eso mismo no quisimos que fuera otra su primera experiencia conociendo estos animales de otras partes del globo.

Recomendamos Bioparc Fuengirola, animándoos a que vayáis a disfrutar de la ciudad de Fuengirola y por un rato, os adentréis en la impactante selva.

Lemures en Bioparc Fuengirola

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Pedro Ramirez
I was born and raised in Málaga, Spain. After living in Madrid, Barcelona and New York, I've returned home to enjoy the sun! I love to share the places I discover and write about them.
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2 comentarios

  1. Me entere de las veladas nocturnas en el Bioparc al realizar el articulo y por lo que veo en tus fotos están chulisimas!!! Me han gustado mucho tus fotos. Y apoyo la recomendación de Rusko de darle cuatro estrellas al Bioparc de Fuengirola, sin duda todo un ejemplo a seguir. A mi es de los zoos-parques que he visitado que mas me han gustado. Y por cierto…veo que todos recordamos a los chimpances del antiguo zoo. Un abrazo

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