Azienda Agricola Il Palagio, disfrutando del vino en Chianti

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La Azienda Agricola Il Palagio, en Panzano Chianti, presume de agricultura totalmente y de estar llevada durante generaciones por gente del pueblo.

Tras una épica espera de casi una hora en la cola del alquiler para recoger el coche en Florencia, Pedro y yo por fin conseguimos cruzar los campos y comenzar nuestra ruta por las carreteras de la Toscana. Por suerte, casi acto seguido, teníamos algo que nos llenaba de ilusión: íbamos a hacer una visita privada por las viñas de Il Palagio en Panzano. En la tienda del pueblo nos esperaba Gioia, la cual nos llevaría hasta las viñedos. Afortunadamente la tienda fue fácil de encontrar y ella llegó momentos después. En pocos minutos, tras meternos por carreteras de tierra y pasando algunos baches, estábamos listos para tener la experiencia que nos habían prometido en la que aprenderíamos cómo se hace el vino en Chianti.

Aparcamos el coche en el parking que hay justo al lado de una enorme casa medieval de piedra en mitad del campo a las afueras de Panzano. Y no hablamos de una casa cualquiera. El edificio data del año 1100 e incluso llegó a ser un monasterio. A día de hoy pertenece a la cuñada de Gioia, Monia. Su familia compró la propiedad y restauró la casa. Pero no sería hasta que Monia conociera al hermano de Gioia, cuando se haría la conexión real. Esta casa también había sido donde el abuelo de Gioia había nacido. Durante los primeros 20 años vivió y trabajó en esta misma casa, y ahora generaciones después, vuelve a quedar en familia. ¡Con esta historia ya nos habían conquistado!

Mientras Gioia nos contaba diferentes historias, recorrimos los terrenos alrededor de la casa convertida en un pequeño hotel rural con vistas perfectas de las colinas de la Toscana, los viñedos de la familia e incluso algunos huertos. La tierra donde las uvas estaban creciendo estaban llenas de una piedra especial llamada “galestro”. Ésta es buena para las plantas porque las hace más fuertes y le dan al vino ese sabor natural a tierra. Además, cuando cortan las cepas, tienen cuidado de hacerlo de manera que cada año las uvas recogidas conserven su frescor. La idea es que haya una conexión con la tierra.

Las viñas de Il Palagio tienen dos diferentes espacios de tierra en el “Valle Dorado” con ambientes variados. Uno es más seco y el otro más húmedo. Esto permite obtener dos variedades de uva: la Sangiovese original de Chianti y la Merlot. Il Palagio produce alrededor de 25,000 botellas anuales y en Panzano, 28 diferentes productores, han formado una asociación de viñas ecológicas. Gioia estuvo rápida al mencionarnos que Panzano fue el primer ecodistrito de toda Europa; aunque ahora existen más.

Bajamos a las bodegas donde aprendimos que Il Palagio prefiere usar barricas más grandes hechas en Italia que las más pequeñas usadas en Francia para conservar el vino. Esto se traduce en que se nota más el sabor de las uvas, en vez de tanto la madera de la barrica. “Éstas eran las barricas que usarían nuestros abuelos”, puntualizó Gioia. También vimos pequeñas barricas con cemento tapando la parte superior. “Esas son para vinsanto”, nos comentó Gioia. Es un vino dulce usado para tomarlo con el postre; y también se usa como vino para la comunión.

Y finalmente llegó el momento de catar alguno de sus vinos. Gioia nos llevó a la sala de catas, escapando del calor del sol de julio y nos sentó en una bonita mesa de madera. Mientras nos preparaba los vinos nos dijo: “Este es lugar donde celebramos las navidades ahora que mi hermano y mi cuñada están casados. La primera vez que mi abuelo vino tras muchos años sin pisar estas tierras, se le saltaron las lágrimas. Ésta es una de las razones por las que me gusta trabajar aquí, porque siento que es parte de la historia de mi familia”.

Catamos muchos de sus vinos mientras hablábamos de la viña. Empezamos con el Ignobile IGT, el más joven de todos. Está hecho 100% con uvas Sangiovese y la idea es que sea el vino del día a día. Pedro pensó que sería bueno para un refrescante tinto de verano y en cierto modo, yo estaba de acuerdo. Mientras catábamos este vino, Gioia nos cortó un poco de queso pecorino de la zona y nos puso algunos picos para brindarnos el mejor de los aperitivos.

El siguiente fue el Chianti Classico, con un año en barrica. Un vino que marida perfectamente con platos regionales de la Toscana como sopas, quesos y carnes. Pero sin duda mi favorito fue el Chianti Classico Riserva que pasa dos años en barrica y que ese año, contenía 100% de uvas Sangiovese; algunos años se añade un 5% de Merlot. Es un vino para una cena especial, que combina perfectamente con sabores más fuertes como algunos quesos o carnes de caza. Por último catamos el Torgentile IGT, hecho con la mezcla mitad de uvas Sangiovese y mitad Merlot.

La tarde iba a llegando su fin y Pedro hizo a Gioia la pregunta del millón: “Hay muchos viñedos en la región de Chianti, y eso es un hecho, ¿por qué alguien debería visitar Il Palagio?”. Su respuesta nos terminó de conquistar: “Porque éste es un viñedo familiar llevado por gente de Panzano de toda la vida. Hemos vivido en Panzano durante generaciones y, aunque eso no es sinónimo de tener un buen vino, creemos que es un valor añadido. Intentamos mantener las tradiciones, y estamos conectados a esta tierra. ¡Mi abuelo nació en la torre de esta casa!”

Entre la fantástica visita, los increíbles vinos y el delicioso queso local, pasamos una maravilla tarde visitando las viñas de Il Palagio en Panzano. Nos hubiera gustado haber sabido del hotel rural antes y haber pasado una noche, desconectando de todo, metidos en la piscina con la mirada perdida al horizonte de la Toscana. Ruskomendamos Il Palagio con 5 boquerones. Es el lugar perfecto para vivir el vino y, como Goia nos repetía, es un negocio familiar. ¿Qué más puedes pedir? Saluti!