Bérgamo, la ciudad que trajo al mundo el helado de Stracciatella

Nuestra visita a Bérgamo fue realmente sorprendente ya que no esperábamos que hubiera tanta belleza y tantos rincones escondidos con encanto.

El autobús número 1 nos llevó desde la moderna estación de trenes en la parte baja de Bérgamo hasta la parte medieval con su muralla, calles adoquinadas, casas de piedra y pintorescas plazas. Este es el pueblo con encanto italiano con que siempre he soñado; con sus pastelerías llenas hasta arriba de dulces, pizzas hechas con pan de focaccia y delicioso vino. Tras nuestra ajetreada visita a Milán, el Bérgamo más pintoresco era justo lo que andábamos buscando. Y, aunque sea una ciudad más pequeña, hay muchas cosas qué ver en Bérgamo y los alrededores.

Para los amantes del arte y la historia

En Bérgamo nos sorprendimos con la Academia Carrara, la décima galería de arte más importante de todo Italia. El edificio se encuentra bajo la muralla de la ciudad, en un punto intermedio entre la ciudad alta y la ciudad baja – enmarcado por las hojas doradas del otoño. El museo fue fundado gracias a la colección del Conde Giacomo Carrara quien dejó su arte como legado al pueblo a finales del siglo XVIII. Desde entonces han habido numerosas donaciones artísticas y la colección disfruta de más de 1.800 obras incluyendo pinturas de los siglos XV-XIX realizadas por artistas tan importantes como Botticelli, Bellini, Raphael o Il Piccio. Nos dieron una corta visita guiada por las galerías, aunque podría haber pasado horas disfrutando con sus obras de arte.

Si como yo eres amante del arte más moderno, entonces te sugerimos el GAMeC (la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo). Tienen una colección permanente que incluye obras de Alviani, Basilico, Man, Bonnet o Cattelan. El museo también acoge exhibiciones temporales.

Academia Carrara en Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Si te gusta la música, no dudes en ir ver una ópera al precioso Teatro Donizetti. Ni que decir tiene lo impresionante y bonito que es el teatro por dentro. Nosotros tuvimos la suerte de ver una versión única y moderna de Don Pasquale. Nuestros asientos estaban en la parte de orquesta aunque la mayoría eran palcos individuales uno encima de otro hasta una altura vertiginosa. ¿Qué mejor que ver una ópera en Italia?

Para los que estáis más interesados en la historia del pueblo lo mejor es el Palazzo del Podesta, un museo de 7 salas con exhibiciones interactivas que muestran la época veneciana de Bérgamo. De hecho Bérgamo era el último pueblo de la provincia de Venecia antes de cruzar a la provincia de Milán. Además el museo se encuentra en el Palacio de Podesta, el cual fue la casa tradicional del representante de Venecia en Bérgamo.

Calles de Bérgamo en Italia
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Si te gusta la historia, otra visita obligatoria es un paseo por las calles medievales de la ciudad alta. Los edificios antiguos de Bérgamo son impresionantes y si te desvías un poco de la calle principal con todas las tiendas, uno puede adentrarse mucho más en lo que era Bergamo siglos atrás.

Vistas de la muralla de Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Para los más gastronómicos

Pizza en Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Italia es un paraíso para quien quiera disfrutar de la buena comida y bebida. Pero claro, ¡ya sabíais eso! En Bérgamo probamos unos bocados deliciosos. Fue nuestra primera visita a la región y nos sorprendimos con lo diferente que era la cocina a la de Toscana y Roma. Aunque tiene sentido ya que la gastronomía de España también varía bastante entre una región y otra. De hecho aprendimos que en el norte de Italia es más común cocinar con la mantequilla (en vez del aceite de oliva), algo que nunca me habría imaginado. Bérgamo también es el sitio donde nace el sabor de gelato stracciatella.

Casoncelli en Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

La pastelería Marianna, justo al otro lado de la calle de la parada de autobuses en la ciudad alta, es famosa por sus huevos de chocolate para Pascua. Resulta que un año hicieron demasiados huevos de chocolate y con los que sobraron decidieron romper el chocolate e incluirlo en un gelato de sabor crema. ¡Obviamente fue un éxito total! Otras comidas que tenéis que probar son los casoncelli (una especie de raviolis de Bérgamo que están relleno de salchicha italiana, mortadella y queso parmesano), el vino moscato di scanso, el cual es típico de la región, así como la polenta (¡nuestra polenta favorita vino con una salsa de queso deliciosa!)

Cannolis en las pastelerías de Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Y claro, también sus pastelerías son deliciosas (probad las tartas de polenta que no son de polenta realmente, sólo es un trampantojo). También aconsejamos que probéis la cerveza artesanal de la zona en alguno de los bares por la noche. Aunque no hay tanto ambiente en otras épocas del año como en verano, nosotros pasamos un rato muy agradable con la gente local probando las cervezas.

Polenta que probamos en Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Bérgamo desde las alturas

Bérgamo desde la Piazza Vechia
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Siempre nos gusta disfrutar de las vistas desde la parte más alta de los pueblos y ciudades. En Málaga se ve todo desde el Castillo Gibralfaro, en Nueva York desde el Top of the Rock o el Empire State y en Pittsburgh desde Mount Washington, por nombrar algunas ciudades. Bérgamo, a pesar de no es una ciudad muy grande, no decepciona con las vistas. Disfrutamos de la vista desde la ciudad alta en la torre de la Piazza Vecchia, al lado del Duomo. El día que lo visitamos estaba lloviendo, pero las nubes y el tiempo gris sólo sirvieron para añadir encanto y ayudarnos a revivir el pasado mientras contemplábamos el paisaje.

Vistas desde la Torre del reloj en Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

También disfrutamos de las vistas desde el torre del reloj en la ciudad baja. Se podía ver el skyline de la ciudad alta y toda la muralla antigua. Era un contraste obvio con la parte moderna de la ciudad baja y las vistas nos enamoraron durante la mañana fresquito de otoño.

Paseando por las calles de Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Otra vista preciosa de Bérgamo se puede obtener dando un paseo en en el funicular. Nos recordó a Pittsburgh y su funicular de Mount Washington. Es una forma genial de ver Bérgamo desde un punto de vista único mientras subes la inclinada colina; además es una forma de transporte público muy original y divertida en nuestra opinión.

Qué hacer en los alrededores de Bérgamo

San Pellegrino

A lo mejor os suena el agua con gas de San Pellegrino. Lo que seguramente no sabíais es que viene de un pueblo a 25 kilómetros de Bérgamo. San Pellegrino ofrece visitas guiadas a la fábrica y lo mejor es que se puede disfrutar de un relajante spa. De hecho han habido termas y spas en esa zona desde la época de los romanos ya que el agua sulfúrica tiene propiedades terapéuticas. Sin duda una visita que merece la pena si buscas mimarte con un relajante spa italiano.

Lovere

Lovere, cerca de Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Quizá éste fue el sitio que más me gusto saliendo de Bergamo. Lovere es un pequeño pueblo en el Lago Iseo. La plaza del pueblo y las calles estrechas me recordaron a algo sacado del cine, pero lo que más me gustó fue el paseo en barco. Era un barco-taxi que lleva a los residentes de un lado de la orilla al otro, aunque para nosotros nos sirvió de oportunidad para ver Lovere y el paisaje de alrededor desde un punto de vista diferente. Todo era azul y verde con casas de colores vivos que podrían inspirar cualquier fotógrafo o artista. Es el tipo de sitio donde me encantaría venir durante un mes en el verano a desconectar.

Paseando en barco por el lago Isola
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Clusone

Clusone, cerca de Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Llegamos a Clusone en la mitad de una tormenta de lluvia, pero justo al llegar a la puerta de la iglesia antigua, el sol rompió las nubes. La primera vista de este pueblo cercano a Bérgamo nos quitó el aliento. No tuvimos mucho tiempo para explorar el pueblo, pero sólo la iglesia con su fresco auténtico y las calles antiguas nos invitaron a volver pronto. Si tienes tiempo es un pueblo italiano fantástico y tradicional. ¡No os perdáis la torre del reloj!, ¡ya podéis ver por nuestras fotos que merece la pena!

Desafortunadamente, nuestra visita a Bérgamo y la zona fue muy corta.

A pesar de que el viaje fue corto, lo disfrutamos a tope (tanto la zona como la comida). El sentimiento que tuvimos de todo lo que pudimos ver en Bérgamo fue el que nos dejamos mucho por explorar. Quizá sea más conocido por su aeropuerto cerca de Milán, pero hay mucho qué ver en Bérgamo, así que os ruskomendamos con 5 boquerones que paséis unos días visitando la ciudad. Entre el arte, la historia, la comida y los varios sitios que se pueden visitar en los alrededores de la zona, ¡seguro que no os arrepentís.

Calles de Bérgamo
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
*** Licencia de las fotos: Fotos con licencia (by-nc-nd)
Foto portada (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
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Abby Roule
I was born and raised in Pennsylvania, USA. I've lived in Reading and Pittsburgh (PA), in New York City for 6 years and in Spain for 5 years (in Madrid, Sevilla, Barcelona, and now Málaga). I designed Rusko!
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Un comentario

  1. Gracias por vuestros consejos! Haremos la misma ruta.

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