Zonas volcánicas de la Garrotxa, una escapada desde Barcelona perfecta

Nuestra visita a las zonas volcánicas de la Garrotxa, provincia de Girona, nos dejó impresionados. Una escapada perfecta desde Barcelona.

Que Catalunya está llena de joyas escondidas no es ningún descubrimiento. Aunque como podemos ver en esta lista de tendecias de Edreams, Barcelona sigue estando a la cabeza de los destinos más visitados, muy cerca, en la provincia de Girona, podemos apreciar numerosos rincones que contrastan de forma impresionante entre sí. Aunque muchas veces nos fijamos en visitar la Costa Brava, La Garrotxa también es una buena escapada desde la capital Catalana. En uno de estos días soleados, donde te sientes lleno de energía y ganas de conectar con la naturaleza, miramos qué hacer en el interior de la provincia de Girona. Entre el Alto Empordá y el Ripollés, a poco más de una hora de Empuriabrava, se encuentra la comarca de la Garrotxa. Aunque esta comarca es inmensa y difiere mucho en su parte baja y alta, sin duda hay una parte que destaca: la Zona Volcánica de La Garrotxa.

Paisajes de amapolas en La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

La Zona Volcánica de la Garrotxa ocupa principalmente los municipios de Olot y Santa Pau. Con casi 40 conos volcánicos, lo que aquí se puede ver es único en España y casi en Europa. Nos sentíamos muy atraídos con la posibilidad de visitar un volcán en Catalunya, ya que el último lo vimos durante nuestra luna de miel en Tenerife. Nos pusimos nuestros zapatillas de montaña, preparamos a Dino para un día de campo y nos dirigimos hacia Olot para visitar el Volcán de Montsacopa, que fue el que elegimos de entre todos por tener un cráter central.

Llegando a Olot, la capital de La Garrotxa

El río de Olot La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Nuestra primera parada fue el pueblo de Olot, en pleno centro de la Garrotxa. Decidimos dejar el coche en Parc Nou (cerca de la oficina de Turismo), para poder cruzar andando el pueblo y luego subir hasta el Volcán de Montsacopa. A la ida cruzamos el pueblo bordeando la vera del río, algo que un día donde no había mucha gente por las calles hizo más encantador el paseo. Poco a poco fuimos dejando el río y empezamos a ascender la ladera en círculos acercándonos al cráter del volcán.

Desde arriba en Olot La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Una hora después y con Dino con unas ganas enormes de sumergirse en la naturaleza, empezamos el ascenso que nos llevaría al cráter. Mientras caminábamos se podían ver restos de rocas volcánicas que nos trasladaron rápidamente a un paisaje completamente diferente del que estábamos viendo esos días en el resto de la Costa Brava. La primera parada una vez llegas a la parte de más arriba es La iglesia de Sant Francesc, que se encontraba en reformas. El camino en su parte alta es circular y se abre en uno de sus puntos para dar acceso al cráter, cubierto completamente de vegetación. ¡No os podéis imaginar la felicidad de Dino corriendo por su césped!

Dino en el volcán de Olot La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Aquí me gustaría hacer un inciso. Recomendamos que aparquéis el coche mejor en el parking al lado del volcán. Lo digo porque la Garrotxa está llena de maravillas, y nosotros no vimos que la hora de paseo hasta el cráter cruzando el pueblo mereciera tanto la pena si solo tienes un día. Olot es un pueblo más moderno y renovado, que tiene museos e iglesias muy interesantes y sobre todo una ruta de casas de estilo modernista con influencias de arquitectos como Muntaner o artistas como Miquel Blay. Al lado de la oficina de información se encuentra el Museo de los Volcanes, que si tienes tiempo es una visita interesante para conocer más sobre cómo los volcanes interactuaron con esta zona de la Garrotxa.

Paseo por Olot La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

De Olot a Santa Pau, retrocediendo hasta la época medieval

Mirador de Santa Pau La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Después de comer en Olot magníficamente decidimos seguir explorando la Zona Volcánica, pero esta vez cambiando la naturaleza por calles y casas medievales. Nos habían hablado maravillas de Santa Pau, y no se equivocaban. Dejamos el coche al lado de la entrada del pueblo y comenzamos a sumergirnos en sus calles sacadas de un cuento de otro época. Desde la Plaza del Mirador tuvimos una primera perspectiva del poblado que nos esperaba, ¡la emoción de ver algo tan diferente era inmensa!

Paseando por las calles de Santa Pau La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Callejeamos y callejeamos entre casas, arcos y muros medievales hasta llegar a la Plaza Mayor. Aquí nos encontramos con un cartel que nos hizo caer en la tentación. ¿Cómo podíamos resistirnos a un vaso de vermut casero con vistas a la plaza y a la Iglesia de Santa María del siglo XV? Estuvimos sentados un buen rato. El tiempo parecía haberse detenido en otro siglo y no queríamos regresar al presente. Nos levantamos y seguimos paseando, asombrados con las casas y los sinuosos callejones que conducían a portales y ventanas adornadas con preciosas flores.

Pedro paseando con Dino en Santa Pau La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Así fue como topamos con el Castillo de Santa Pau, que se empezó a construir en el siglo XIII y terminó en el siglo XVIII. Nos sentamos en su jardín, dejándonos llevar por el horizonte a un lado y las calles empedradas al otro. Volvimos al coche para poner rumbo a nuestro siguiente destino, el también medieval pueblo de Besalú. No pudimos llevarnos una mejor sensación y un mejor recuerdo. Una tarde inolvidable donde nuestro único consejo para ver el pueblo es dejarse llevar y perderse por sus calles.

El castillo de Santa Pau La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Probando la Gastronomía Volcánica de la Garrotxa

Comiendo en Olot en La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Nos conocéis ya de sobra. Nos encanta la comida y sobre todo, probar nuevos platos y que nos sorprendan con la gastronomía local. En la Garrotxa no íbamos a ser menos, más aún sabiendo que es conocida por su cocina volcánica. La Cocina Volcánica es la que basa sus ingredientes en los que hay en la zona de los volcanes, una tierra fértil donde destacan el maíz, las alubias, el alforfón, la patata, el nabo, la cebolla, la trufa y la castaña, grandes acompañantes del cerdo, los caracoles y el jabalí.

Comiendo Paella en Olot La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Como la hora del almuerzo nos pilló en Olot, preguntamos e hicimos una pequeña búsqueda para buscar un lugar que nos sorprendiera. Llamamos a varios restaurantes, pero en muchos de ellos Dino no era bienvenido, algo imprescindible para nosotros. Por fin, tras un rato dimos con uno que nos gustaron sus comentarios, los platos de su carta y sobre todo que desde el primer minuto nos hicieron saber que Dino era más que bienvenido. El Restaurante Font Moixina se encuentra justo detrás de Parc Nou, cruzando la carretera de Sant Jordi.

Postre de Crema Catalana en Olot
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

Cuando llegamos allí parecía que nos habíamos adentrado en un paraje alejados de todo, rodeados de naturaleza por todas partes. El ambiente era ideal y el buen servicio apuntaba a que íbamos a disfrutar. Nos trajeron la carta que se basaba en menú del día con diferentes platos a elegir, todos ellos elaborados caseramente con ingredientes de la zona. Como queríamos probar de todo, Abby y yo elegimos diferentes opciones para compartir.

Tomando un vermut en Santa Pau La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero

De primero probamos por un lado las “Patatas de Olot”, que están rellenas de carne y una tortilla de ajetes frescos y espárragos. La cosa no podía empezar mejor, excelentes elecciones. De segundo compartimos una paella de la casa y un plato de mar y montaña como son las albóndigas de carne con sepia y guisantes. El listón seguía subiendo, la combinación de sabores había sido seleccionada bastante bien. Para poner la guinda, elegimos la crema catalana y un helado de coco con piña asada de postre. ¡Buenísimo todo! El precio nos salió a 14,50€ por persona con pan, vino y agua, más los tres platos.

Nuestro día en la Zona Volcánica de la Garrotxa fue excelente. Ruskomendamos encarecidamente visitar esta zona y si tenéis tiempo, descubrir más rincones y pueblos de la Garrotxa. Esta excursión se ha convertido en una de esas memorias que quedan para siempre.

Una casa con caballo en La Garrotxa
Foto (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Fotos con licencia (by-nc-nd).
Foto portada (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
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Pedro Ramirez
I was born and raised in Málaga, Spain. After living in Madrid, Barcelona and New York, I've returned home to enjoy the sun! I love to share the places I discover and write about them.
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