La Casa de la Cascada, diseñada por Frank Lloyd Wright, fue la casa rural de la familia Kauffman. Los detalles de la casa fueron inspirados en la naturaleza y en líneas limpias.
Siendo natural de Pennsylvania, siempre había oído hablar maravillas de La Casa de la Cascada. Fue una de las casas más famosas que diseñó el arquitecto Frank Lloyd Wright y, claro está, ¡tenía el plus añadido de tener una catarata! Las fotografías de los libros me daban una imagen de poder visitar algo sacado de un cuento de hadas moderno; una cabaña en el bosque donde realmente podría imaginarme viviendo. A pesar de que durante mi infancia visité Pittsburgh varias veces al año para ver a la familia de mi padre, no fue hasta hace poco que nos desvíamos del camino para visitar La Casa de la Cascada (salida de Donegal dirección a Bear Run).
La casa fue diseñada de manera privada en 1935 para la familia Kaufmann (si eres de Pittsburgh, el nombre te sonará bastante ya que el almacén de Kauffman’s era uno de los más conocidos en el centro de la ciudad). Los Kauffman eran una familia de tres miembros, Edgar Senior, Liliane y Edgar Junior. El hijo, Edgar Junior, tenía una gran pasión por la arquitectura y el arte y eso fue clave en el diseño de La Casa de la Cascada. De hecho ese interés en el arte fue el que llevó a la familia a empezar a trabajar con Frank Lloyd Wright cuando decidieron construir su escapada de fin de semana en el suroeste rural de Pennsylvania.
Cuando llegamos a La Casa de la Cascada, nos sorprendió sentirnos tan alejados de cualquier pueblo. El parking está al final de una serpentina calle con árboles que se estiraban por encima de nuestro coche, envolviéndonos en la calma de la naturaleza. Incluso el centro de visitantes estaba construido con madera y se parecía más a la casa del árbol que a los típicos edificios tipo caja. El tour comenzó cerca de la casa que quedaba al final de una senda de bosque. Fue muy fácil imaginar a la familia llegando décadas atrás para disfrutar de una escapada de fin de semana. De hecho nos dijeron en el tour, que Edgar Senior pedía a su chófer que pisara el acelerador para poder llegar lo antes posible. ¿Y qué pasaba con las normas de velocidad? Cuando le paraban, Kauffman les ofrecía descuento en su tienda o una comida gratis. ¡Al fin y al cabo, era dueño de uno de los almacenes más exitosos de Pittsburgh!
Al poco tiempo llegamos a la casa y nuestro guía nos encontró en el pequeño puente, donde nos explicó que la casa fue diseñada alrededor de la catarata. La familia pensaba que su casa iba a estar al otro lado para poder contemplar la catarata, pero Frank Lloyd Wright tenía otra idea en mente: quería hacer la casa parte de la naturaleza en vez de una casa en la naturaleza. La catarata y el riachuelo son partes integrales de la casa. Incluso hay una pequeña escalera que te lleva hasta la orilla del riachuelo donde Edgar Senior solía pescar truchas. Cabe mencionar que mandó hacer una pisifactoria de truchas unos kilómetros río arriba; supongo que siendo millonario no pasa nada por mejorar las posibilidades de pescar algo.
Los colores de la casa son todos naturales con el metal pintado en un tono rojo marrón para hacerlo parecer más natural. Frank Lloyd Wright también creía que la gente no debería vivir con la sensación de estar dentro de una caja, así que hizo las ventanas de tal forma que conectara perfectamente creando la ilusión de estar en la naturaleza, incluso estando dentro de la casa. La casa también tenía balcones que permitía a los visitantes (algunos tan famosos como Frida Kahlo) poder salir y ser parte de los alrededores naturales. Los suelos de piedra fueron cubiertos por alfombras y la casa tenía varias chimeneas para mantenerla calentita. Pero lo que más nos sorprendió fue la colección de arte de primera clase con obras de Diego Rivera, Picasso e incluso esculturas de la Italia del siglo 16.
Cada miembro de la familia tenía su propia habitación y balcón que creaban espacios acogedores dentro de la casa. Había una habitación para invitados en la casa principal además de una casita aparte para invitados. Nos asombró la atención a los detalles y las líneas elegantes características de Frank Lloyd Wright. Como estaba muy en contra del desorden en general, decidió no construir un garaje para evitar los espacios encerrados ya que pensaba que facilitaban el desorden. Es interesante notar que La Casa de la Cascada ha sido parte de uno de los periodos más creativos en los diseños de Wright. Pensaba que estaba a punto de jubilarse, pero este proyecto fue la chispa que volvió a encender su creatividad y La Casa de la Cascada llegó a ser nombrado un sitio de interés histórico en 1966.
La familia usó La Casa de la Cascada como su casa de fin de semana desde 1937 a 1963, siendo el momento en el que Edgar Junior donó la propiedad a la Sociedad de Conservación del Oeste de Pennsylvania, quienes la abrieron como museo en 1964. La mayoría de las obras de arte están en la casa gracias a la pasión de Edgar Junior por el arte moderno (incluso llegó a ser director de Diseño Industrial en el MoMA en Nueva York). Es difícil imaginar las obras de tan grandes artistas en una casa de campo en mitad del bosque en Pennsylvania, pero en este caso encaja muy bien.
Aunque no se pueden sacar fotos dentro de la casa, después del tour hay unas vistas preciosas donde se pueden sacar las fotos más famosas de la casa. Recomendamos una visita a La Casa de la Cascada en otoño, ya que en esta zona de Pennsylvania las hojas cambian a colores brillantes. Aún así la casa coge una belleza única en cada estación. Es un lugar para volver a visitar una y otra vez; no sé si es posible apreciar todos los detalles en una sóla visita. De hecho, cuando le pidieron una palabra para describir La Casa de la Cascada, Edgar Junior esperó un minuto antes de contestar “romance”, y tenía toda la razón.
Hola buenas noches. Quiero conocer ese museo me impresionó mucho. Por favor respondan a mi correo o número telefónico 3478589913. Soy Venezolana y vivo actualmente en Nueva York
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