Encontramos en Las Ramblas de Barcelona la chispa de energía reflejada por la gente durante siglos
Una de las primeras cosas que probablemente piensas cuando alguien viaja a Barcelona, es el famoso “Paseo de La Rambla o Paseo de Las Ramblas de Barcelona”. Así como pensarías en La Puerta del Sol en Madrid, Times Square en Nueva York o los Campos Elíseos en París; en Barcelona, éste es el lugar lleno de turistas, personajes locales y todo lo queda entre medias. Aquí nos encontramos una línea de horteras tiendas turísticas, la famosa fuente de Canaletas donde el equipo de fútbol del Barcelona celebra sus victorias y un espacio para muchos artistas callejeros. Sin embargo, tras todo esto, como es el caso de la Puerta del Sol o Times Square, se respira la fuerza, la historia y esa sensación permanente de emoción que tienes siempre que pones el primer pie en una ciudad. Aquí, siempre hay algo que está sucediendo.
Las Ramblas de Barcelona han sido una parte importante de Barcelona desde principios de la época medieval cuando era un cauce de río. De hecho, el nombre de “Rambla” proviene del árabe y significa “arroyo seco”. Además, en la Edad Media, cuando las fuertes lluvias llenaron los lechos de los ríos, se convirtió en un caldo de cultivo para los mosquitos de la malaria. Lógicamente no es la romántica historia que te imaginas hoy en día al pasear por sus calles.
Hasta principios del siglo 18, cuando las murallas que protegían el astillero de Drassanes se vinieron abajo, Las Ramblas de Barcelona fueron básicamente un camino a lo largo del arroyo. Pero para finales de siglo, La Rambla se había transformado en una avenida llena de árboles alineados que terminaba en el puerto, y con una impresionante estatua de Cristóbal Colón construida para Exposición Universal de 1888.
Las Ramblas de Barcelona hna desempeñado un papel importante en la vida cotidiana de la ciudad durante los siglos 19 y 20. El Mercado de San José, comúnmente conocido como La Boquería, se encuentra justamente en La Rambla. Además, durante el siglo 19, el único lugar donde se podían comprar flores en Barcelona,era en el tramo conocido como “Rambla de las Flores”. Todavía hoy podemos ver muchos puestos de flores rebosando brillantes flores de colores, aunque el encanto original está en gran medida ausente.
Tal vez la mejor parte de pasear por Las Ramblas de Barcelona, sea tomarse tiempo para contemplar los impresionantes edificios que aún quedan de principios del siglo 20. Es una zona de la ciudad donde las historias sucedieron, llena de vida y fuerza, con sus vendedores, sus turistas, su comida y sus flores, su calor y su cercanía. Las Ramblas de Barcelona están llena de personas tomando fotos, pero el verdadero reto (que creo que merece la pena aceptar) es mirar más allá de las lentes de la cámara y encontrar lo que aún queda de la Barcelona de ayer. Ahí es donde reside la verdadera magia de la Rambla. Camina con nosotros, más allá de las tiendas de regalos, para encontrar la chispa de energía que ha quedado reflejada por la gente durante siglos. Ruskomendamos Las Ramblas con 5 boquerones.
