Descubrir qué ver en Gante en un día en difícil con todo su impresionante registro arquitectónico.
Tras nuestra visita a la ciudad de Brujas cogemos de nuevo el tren para dirigirnos a Gante (Gent). Si Brujas nos dejó un magnífico sabor de boca, Gante no se queda atrás ofreciendo una inmensa riqueza cultural y de edificios históricos. A pesar de ser una ciudad pequeña, la cantidad de cosas por hacer y ver es amplia, con una vida nocturna más que activa donde se pueden disfrutar de conciertos en vivo. Además de esto, su puerto con salida al mar le permite tener una importante economía.
Al salir de la estación lo primero que nos encontramos fue una grandísima explanada y un almacén enorme, cuya funcionalidad es la de guardar las bicicletas de los habitantes y viajeros. Sin verlo uno no puede imaginar la cantidad de bicicletas que estos lugares pueden albergar. Era pregunta obligada acercarnos para comprobar si es factible la pérdida de las bicicletas y efectivamente mucha gente no se acuerda luego donde la dejó.
Empezamos a ver la ciudad y a diferencia de Brujas, la estación y el centro no están al lado. Para salvar este problema hicimos uso de una de las atracciones de Gante, como son los tranvías que recorren la ciudad. Desde la Estación de Sint Peeters podremos coger la línea 1 ó 4 que nos deja en el centro. Hacer el recorrido andando puede suponer una media hora y a nuestro parecer (ya que la vuelta la hicimos a pie) no merece la pena.
Dada la hora que era no pudimos disfrutar de los interiores de ninguno de los edificios que tuvimos que conformarnos con ver por fuera. Comenzamos por la Torre del Campanario (Belfort) donde se encuentra la campana Roland con un dragón de oro. Desde lo más alto se obtienen las mejores vistas de la ciudad. A continuación llegamos a la Catedral de San Bavón, una mezcla de estilos que en su interior acoge historia y riqueza artística. Por un lado fue bautizado Carlos I de España y por otro podemos encontrar famosas obras de Rubens, así como “La adoración del Cordero Místico” de Van Eyck.
De lo que ver en Gante, destacan su sinfín de iglesias que fácilmente podrían competir con las grandes catedrales europeas. Entre éstas están la Iglesia de Santiago, la Iglesia de San Nicolás (que fue destruida durante la Revolución Francesa y convertida en establo entonces) o la Iglesia de San Miguel. La Iglesia de San Nicolás se encuentra en pleno Korenmarkt, una de las plazas importantes y donde se encontraba el Mercado de Trigo y posteriormente la oficina de Correos. Hoy se ha convertido en centro comercial.
Otra plaza que nos gustó mucho fue la Plaza del Mercado del Viernes (VrijdagMarkt), cerca de la Iglesia de Santiago. Fue una de las plazas más animadas durante la Edad Media y en su centro podremos ver una estatua de Jacob van Atrevelde, héroe local de la ciudad durante la Guerra de los Cien Años. Cerca podremos visitar el antiguo Barrio Medieval de Parteshol, uno de los más codiciados actualmente en Gante y donde podremos encontrar numerosos bares y cafés, a pesar de ser un barrio residencial.
A escasos pasos llegamos a uno de los edificios más espectaculares de la ciudad y que fue residencia de los Condes de Flandes (Gravensteen). Este castillo se encuentra en perfecto estado y en su interior se puede hacer una visita a la sala de torturas con elementos que se utilizaban. Asimismo alrededor se conserva el foso medieval, y es que este castillo fue un importante elemento de vigilancia.
Si por algo destaca Gante es por la belleza y la funcionalidad de su canal. El Muelle de las Hierbas y del Trigo (Graslei) constituye uno de los grandes atractivos de la ciudad. Entre numerosas terrazas, un ambiente relajado e impresionantes vistas podremos dejar correr la imaginación, gracias a los destellos medievales que aún se conservan en esta zona. Nos llamó la atención como en algunas casas la única forma de acceder a la ciudad era a través del canal, por lo que tenían amarradas barcas en las puertas.
Es una pena que no pudiéramos ver Gante con más detenimiento, porque sin duda es una ciudad para estar varios días. Si tenéis la oportunidad no veáis Brujas y Gante en un solo día porque os quedaréis con la sensación de que necesitabais más tiempo. En nuestro caso no fue posible y al menos nos fuimos con un maravilloso recuerdo de la ciudad. Para terminar entramos a un pequeño bar donde nos hicimos amigos de los camareros y nos invitaron a cerveza local. Aquí acababa nuestro día en Gante y nos tocaba seguir con nuestra visita a Bruselas.
Grande Gante! Mi ciudad favorita de bélgica! Para otra vez más tiempo y os vais a Dulle Griet a por un cervezón!!! Un abrazo