Descubrimos las visitas a la Toscana más idílica teniendo como punto de origen Florencia. 5 escapadas para pasar el día y adentrarte en los paisajes de cuento.
Hace un par de años tuvimos la oportunidad de cumplir un verdadero sueño: viajar en coche por la región de La Toscana en Italia. Volamos hasta Florencia y tras un par de días en la ciudad estábamos listos para coger el volante y explorar esta zona tan pintoresca. Nosotros pasamos unos cinco días visitando varias ciudades y pueblos en el camino, pero también se puede aprovechar para una excursión de ida y vuelta en el mismo día ya que las distancias no son tan grandes. En cualquier caso, hará falta alquilar un coche para poder apreciar el paisaje y parar donde quieras (¡un punto esencial en esta tierra de viñas, castillos y miradores!)
Pisa
¿Sabíais que Pisa es la ciudad donde nació Galileo? Yo tampoco lo sabía cuando llegamos a esta ciudad universitaria por excelencia. Lo que sí sabía era que por fin iba a visitar una de las torres más conocidas en el mundo (y por supuesto no pudimos resistir la típica foto apoyando la torre inclinada de Pisa). En la misma plaza de la famosa torre tienes la Catedral (o duomo) y el Baptisterio de Pisa. Los jardines botánicos de la ciudad son de los más antiguos de toda Italia y las calles con su arquitectura típica me enamoraron.
Con las caminatas que dimos tocaba una merienda y uno de los sitios que más me gustó en Pisa, como no podía ser de otra forma, fue una heladería junto al río que se llamaba Gelateria De’ Cotelli. ¡Tenía el mejor gelato de limón que he probado nunca! Cuando tengas satisfecha tu parte golosa, puedes seguir el camino cultural visitando el Palazzo Blu, un edificio medieval de color azul con arte italiano y exposiciones temporales. Y si quieres ver algo de arte más moderno también lo hay. En 1989 el famoso artista Keith Haring (que es de Kutztown, un pueblo al lado de mi casa en Pennsylvania, por cierto) realizó un graffiti llamado Tuttomondo que representa la paz y armonía en el mundo.
Siena
Me enamoré de Siena casi antes de entrar en la ciudad ya que el campo y las vistas del paisaje de la Toscana eran muy idílicas. Lo primero que hicimos fue visitar la Catedral con sus vistas impresionantes, su estilo gótico y suelos de mosaico. Era una maravilla y eso es mucho considerando que Italia tiene muchísimas iglesias y duomos.
Otra parada obligatoria en Siena es la Torre del Mangia en la Piazza del Campo. Al final decidimos quedarnos abajo ya que habíamos subido el mirador de la catedral, pero es una torre que sobresale como el edificio más reconocible en Siena. Eso sí, tienes que estar en forma para subir las 400 escaleras pero piensa en las fotos que tendrás (además de las agujetas).
La gastronomía de Siena también nos encantó entre los vinos (Siena se encuentra a mitad de camino entre la región de Chianti y Montalcino) y la comida donde no puede faltar la pasta. Aquí es típico una pasta que se llama pici que es como un espagueti pero más gordito y más rico en mi propia opinión, ¡jeje!
Lucca
Nada más bajar del coche en Lucca ya nos estaban vendiendo el alquiler de bicicletas y la ruta por las murallas de la ciudad. Es una forma muy original de recorrer esta ciudad ya que todo es bastante plano y cercano; la verdad es que me quedé con las ganas de la bicicleta porque sólo íbamos a pasar un par de horas en esta ciudad de la Toscana. Lo que sí queríamos ver era la Casa Museo de Puccini. La casa es una pasada, uno de esos antiguos palacios italianos con detalles de la época con muchas partituras y recuerdos del compositor.
Tras el museo era la hora de comer y no muy lejos del museo, en la Piazza San Michele, encontramos La Tana del Boia, un pequeño restaurante con bocadillos muy ricos, embutidos de la zona y vinos locales. Allí conocimos a Paolo quien nos recomendó una parada en una bodega en el camino de vuelta a Florencia (otro beneficio de ir a estas excursiones en coche ya que se puede cambiar la ruta de vuelta; no como si hubiéramos ido en tren o autobús). Modificamos la tarde para incluir una parada en la Bodega de Montecarlo y Paolo llamó personalmente a su amigo para avisarle que íbamos a parar allí.
Aprovechamos la última hora que nos quedaba en Lucca para recorrer sus calles, visitar algunas de las tiendas artesanas, la Piazza del Anfiteatro (la cual impresiona mucho) y la Catedral de San Martino.
San Gimignano
Esta parada nos atrajo especialmente porque se conoce como la Nueva York de la Edad Media. Nosotros aparcamos el coche en un parking justo al otro lado de las antiguas murallas de la ciudad y entramos en el casco histórico andando. Es una ciudad pequeña por lo cual no es difícil visitarla en un día. Nuestra primera parada fue la Piazza della Cisterna. Se llama así porque tiene una cisterna gigante que fue construida en el año 1287. También es el lugar que encontrarás la Gelateria Dondoli donde aprovechamos para probar el helado de Crema de Santa Fina – el sabor que ganó el premio de Mejor Helado del Mundo varios años seguidos.
Otra visita es la Catedral y la Puerta San Giovanni en la parte sur de la ciudad. La puerta fue acabada en el año 1262 y es una de las puertas antiguas más bonitas de toda Italia. Otro sitios curioso donde entramos fue el Museo de la Tortura, donde aprendimos sobre los agradables métodos de tortura de la Inquisición (nótese la ironía). Por supuesto hay que ver las torres y después de cenar nosotros tuvimos la suerte de asistir un concierto de jazz al atardecer mientras disfrutamos de otro helado (al fin y al cabo estábamos de vacaciones).
Chianti
Esta región habla por sí sola. Queríamos visitar las famosas viñas de La Toscana y paramos varias veces en el camino para catar los vinos típicos y hablar con la gente lo mejor que podíamos entre el español, el inglés y el italiano. Una de nuestras paradas preferidas fue una visita a la viña ecológica de la Azzienda Agricola Il Palagio en la localidad de Panzano. Fue maravilloso escuchar la historia de la viña y probar el producto junto con los quesos locales; algo que sigue siendo uno de mis recuerdos preferidos de ese viaje.
No creo que haya mejor forma de recorrer La Toscana que en coche. Se puede parar las veces que quieras, cambiar el itinerario a última hora y disfrutar de otro ritmo de vida, lo cual te hace sentir más libre y quizás más italiano. Si buscas alquilar un coche para tu aventura, recomendamos reservarlo de antemano y así lo dejas todo listo sin el disgusto de llegar a la oficina para alquilar un coche y que no haya vehículo disponible. Una opción online que nos gusta para reservar en Italia (aunque están en más países) es EasyTerra ya que comparan entre diferentes agencias.
¿Tenéis otra escapada de un día desde Florencia que os haya gustado mucho? ¡Seguro que volveremos a La Toscana, así que dejadnos vuestras ideas en los comentarios!