El Restaurante Óleo Málaga, junto al CAC, es uno de esos sitios que recuerdas. El sushi es excelente y su gastronomía popular malagueña quita el sentido.
Por regla general tengo como norma que un restaurante, o café, que se encuentra dentro de un museo no merece la pena. La comida suele ser cara y no demasiado buena y, si tienes suerte, el café es aceptable. Esto hace que, probar estos sitios, no tenga mucho sentido si frecuentas museos. Lo más probable es que te guste la cultura y por extensión no disfrutes de una comida mediocre de sándwiches preparados tras tu momento con Monet. El Restaurante Óleo, en el CAC de Málaga, fue el sitio que me hizo cambiar de opinión.
Esa tarde habíamos quedado con un amigo que es sumiller y bastante “foodie”, así que dejamos que él eligiera el restaurante. Era viernes para cenar y es recomendable reservar la mesa con antelación. Lo digo porque Pedro y yo llegamos un poco temprano con la idea de tomarnos una caña antes de cenar y el sitio estaba lleno, así que acabamos en un bar cercano tomando algo rápido. Cuando entramos en el restaurante no me sorprendí tanto por la decoración moderna y sofisticada, tanto como por la sensación de separación con el museo mismo. Igual tenía que ver con el hecho de que estábamos allí por la noche con las galerías cerradas, pero me gustó mucho la separación de la experiencia gastronómica y artística.
Comenzamos con una botella de vino tinto de la Serranía de Ronda (Málaga). Es verdad que Málaga es más conocida por sus vinos dulces, pero yo os animo a probar también los vinos tintos y blancos de la zona. En este caso habíamos dejado que nuestro amigo eligiera los platos ya que venía con la lección aprendida habiendo estudiado la carta y conocía el chef, así que asumimos que estábamos en buenos manos. Y lo estuvimos, porque TODO lo que probamos esa noche estaba tan rico que, dos meses después, sigo hablando de la cena a todos mis amigos. La idea de la misma, muy al estilo español, fue pedir varios platos y compartir entre los cuatro.
La primera tapa que probamos fueron las croquetas de puchero; siempre se ha dicho que se puede juzgar un sitio sitio por sus croquetas. En esta ocasión estaban espectaculares. También disfrutamos de unos rollitos crujientes de langostinos macerados en soja. Los rollitos venían con una salsa picante y cremosa que me gustó bastante.
La última tapa que pedimos fue un plato de ensaladilla rusa. Hay que decir que no soy muy fan de las comidas que llevan mayonesa. Sé que no es el caso para la mayoría de las personas, pero en este caso, es importante saberlo porque la ensaladilla rusa venía con una mayonesa casera con una textura y sabor tan perfectos, que nos la comimos entera.
Además de los entrantes pedimos una ensalada de queso de cabra para la mesa. Pero ésta no era como la típica ensalada de queso de cabra con sus rodajas de queso encima de la lechuga o rúcula. En este caso, encima de la lechuga había láminas muy finas y crujientes de manzana verde y cebolla dulce junto con unos rollitos de primavera rellenos de queso de cabra y nueces. La combinación de texturas fue un acierto total. ¡La recomiendo a cualquier persona!
Tras esto pasamos a un plato que dejaba ver el lado más sushi del restaurante, el Nigiri Aburi. ¿Recordáis que nuestro amigo no nos dijo nada acerca de los platos que íbamos a probar? Él era el primero que disfrutaba viendo nuestras caras y preguntándonos acerca de los sabores que notábamos. Así que, cuando llegó un plato con algo parecido a sushi con ternera y algún tipo de pescado pasado por la plancha sobre el arroz, no sabíamos qué sabores íbamos a probar. El primer bocado fue de pez mantequilla y se derritió en nuestras bocas dejando un sabor explosivo. Luego un trozo de buey cocinado en su punto. Mojamos cada bocado en la salsa de soja y lo disfrutamos muchísimo.
Luego vinieron dos platos más. Uno fue de presa ibérica en abanico con un puré de patatas espectacular. La carne estaba en su punto y tenía un sabor esquisito. Acto seguido llegó el wrap de ternera, decorado de forma muy original, que devoramos sin pensarlo dos veces. Y por si fuera poco, todavía quedaba algo de hambre y Pedro había visto en la carta una mini hamburguesa de buey, receta del Restaurante Óleo. No pudimos pasar sin probarla antes de tomar el postre. La hamburguesa estaba deliciosa pero lo que más me había llamado la atención esa noche seguía siendo el sushi. De todo lo que he visto y he leído, es un sitio muy bueno para sushi en Málaga.
Para el postre pedimos un vino moscatel malagueño, con un dulzor mucho más agradable que otros vinos dulces que dejan la sensación de sirope. También compartimos el brownie con salsa de chocolate. Fue un final perfecto para terminar la cena. ¿Y mis preocupaciones sobre los altos precios por estar asociado con el museo? Totalmente sin sentido. No es el restaurante más barato en Málaga, pero el Restaurante Oléo tiene unos precios muy razonables y la calidad de la comida es excelente. Ruskomendamos el Restaurante Oléo para una cena romántica o una noche especial con 5 boquerones.
*** Fotos con licencia (by-nc-nd).
Foto portada (by-nc-nd) de El Boquerón Viajero
Información sobre El Restaurante Óleo
Ruskomendación para el Restaurante Óleo: 5 Boquerones
[usrlist Servicio:9.0 «Comida:9.0» «Calidad/Precio:9.0» «Ambiente:8.0″ img=»03.png» size=20 avg=»true»]
Ruskomendaciones: Aprende más sobre las Ruskomendaciones
- Dirección: Calle Alemania, 0,29001 Málaga, España
- Teléfono: 952 21 90 62
- Precio medio por persona: $25
- Horario: (Mar-Sab) 1:00pm-4:00pm y 8:30pm-12:00am; Domingos 1:00pm-4:00pm; Lunes cerrado
- Web oficial
