Las Bodegas Tío Pepe en Jerez, caracter puramente andaluz

Las Bodegas Tío Pepe destapan el carácter andaluz de este vino e icono conocido en medio mundo

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Una de los conceptos más relacionados con Andalucía es el famoso vino de Jerez. Aunque haya gente a la que no le guste disfrutar de un buen jerez o de los vinos producidos por las Bodegas González-Byass, el logotipo de la marca Tío Pepe (una botella vestida con una chaqueta roja y un sombrero negro) está más que asociado con España. La bodega ofrece visitas guiadas para el público, pero es importante reservar un sitio, ya que hay muchos grupos que incluyen una visita guiada a la Bodegas Tío Pepe como parte de su itinerario.

Nosotros visitamos las Bodegas de Tío Pepe como parte de nuestro viaje a Cádiz, donde disfrutamos unos días. Desafortunadamente no disponíamos del tiempo suficiente como para visitar Jerez, saborear sus tapas y descubrir sus preciosas plazas, pero os ruskomenamos que paséis un día entero en esta ciudad andaluza por excelencia. De todas formas, Jerez y las bodegas Tío Pepe son fáciles de visitar desde Cádiz capital ¡sólo hay que leer bien el horario de trenes!

Al llegar hay que pagar 10 euros por cabeza (la visita incluye un tour completo y luego una prueba de vinos al final; aunque cabe la opción de pagar 15 euros para disfrutar de una tapa junto con los vinos al final de la visita). Una vez pagados, fuimos con el grupo a una bodega al aire libre con muchos barriles en un pabellón circular. Algunos tenían el nombre González-Byass pintado en la base. Son los dos apellidos de los fundadores de las bodegas Tío Pepe. Según avanzaba la visita, aprendimos más sobre la historia de las bodegas que empezaron en el año 1835.

Nos movimos por las bodegas en un trenecito, parando en varias bodegas y aprendiendo sobre el proceso de cómo se hace el jerez más famoso en el mundo, junto con algunas tradiciones familiares y algunos “secretos.” Hay una bodega donde puedes ver los barriles de vino firmados por gente famosa e incluso una escalera en miniatura y un vaso de jerez pequeño para que los ratoncitos también disfruten del vino. Además, pudimos ver las herramientas que se usaban para fabricar el vino en el siglo XIX.

Creo que lo que más me sorprendió sobre las Bodegas Tío Pepe fue lo bonito que es el terreno. La tierra seca y blanca como tiza contrastaba con las sombras oscuras de los barriles de vino y los verdes y rojos vivos de las flores. Las bodegas tienen un toque puramente andaluz y es una visita cultural muy interesante, incluso para los que no son tan amantes del vino.

Al final de la visita nos sirvieron una cata de varios tipos de vinos que se producen en las Bodegas González-Byass, incluyendo el famoso jerez Tío Pepe y el Pale cream Croft que tiene un sabor muy suave. La salida, claro está, te hace atravesar la tienda de recuerdos. Normalmente no soy muy fanática de las tiendas turísticas, pero ésta era una excelente tienda y pudimos encontrar muchos regalos ingeniosos aparte de los productos de las bodegas Tío Pepe.

Ruskomiendo una visita a las Bodegas Tío Pepe y González-Byass como parte de vuestro viaje a Jerez, especialmente si no tienes mucho tiempo, ya que es una de las pocas bodegas ubicadas dentro de una ciudad. Es muy fácil llegar a las bodegas incluso sin coche y la visita es muy informativa e interesante. Si te gusta el jerez, no lo pienses dos veces, pero incluso para los que no toman mucho vino, ruskomendamos esta visita con 5 boquerones como visita cultural. Os prometo que saldréis con una nueva valoración para el vino que hay detrás del famoso logotipo de Tío Pepe. ¡Salud!